lunes, 15 de febrero de 2016

Herido de Amor, por San Prophyrios



Deléitate en todas las cosas que nos rodean. Todas las cosas nos enseñan y nos llevan a Dios. Todas las cosas a nuestro alrededor son gotas del amor de Dios – ambas cosas, animadas e inanimadas, las plantas y los animales, los pájaros y las montañas, el mar y el atardecer y el cielo estrellado. Ellos son pequeños amores con los cuales obtenemos el gran Amor que es Cristo. Las flores, por ejemplo, tienen su propia gracia: ellas nos enseñan con su fragancia y con su magnificencia. Ellas nos hablan del amor de Dios. Ellas dispersan su fragancia y su belleza sobre pecadores y sobre justos.

Para que una persona se convierta en cristiano debe tener un alma poética. Debe convertirse en un poeta. Cristo no desea almas insensibles en su compañía. Un cristiano, si bien solo cuando ama, es un poeta y vive en medio de poesía. Los corazones poéticos abrazar el amor y lo sienten profundamente.

Haz los momentos más hermosos. Los momentos hermosos predisponen al alma a la oración; la vuelven refinada, noble y poética. Despierta en la mañana para ver el sol levantarse desde el mar como un rey vestido de real púrpura. Cuando un paisaje encantador, una capilla pintoresca o algo hermoso te inspire, no dejes las cosas ahí, pero ve más allá para dar gloria por todas las cosas hermosas de modo que lo puedas experimentar a Él quien solo atrae la belleza. Todas las cosas son sagradas – el mar, nadar y comer. Deléitate en todas ellas. Todas las cosas nos enriquecen, todas nos llevan al gran Amor, todas nos llevan a Cristo.

Observa todas las cosas hechas por el hombre – casas, edificios grandes o pequeños, pueblos, villas, gentes y sus civilizaciones. Haz preguntas para enriquecer tu conocimiento acerca de cada cosa y todo; no seas indiferente. Esto te ayuda a meditar más profundamente en las maravillas de Dios. Todas las cosas se convierten en oportunidades para nosotros unirnos más de cerca con todo y con todos. Ellos se convierten en ocasiones para dar gracias y orar al Señor de Todo. Vive en el medio de todo, naturaleza y el universo. La naturaleza es el Evangelio secreto. Pero cuando uno no posee gracia interior, la naturaleza no beneficia. La naturaleza nos despierta, pero esta no puede llevarnos al Paraíso.


Traducción del texto Wounded By Love [On Creation, page 218] de San Prophyrios