miércoles, 23 de diciembre de 2020

La Mejor Forma de Ordenar Su Biblioteca: fórmula sencilla para lectores y comunidades

Yo ordeno libros como oficio en una biblioteca, tengo un afán por coleccionarlos, y escribí La mejor forma de ordenar su biblioteca como una guía para lectores, coleccionistas de libros y comunidades. Estoy en el oficio ya mismo 10 años y descubrí algunos problemas sobre mi propia forma de ordenar mis libros.

Este es un libro para el lector empedernido, quien no puede entrar a una librería sin salir con 5 libros nuevos encima. Si tiene montones de libros en su casa porque siempre los está consiguiendo. Si siempre está hablando de libros, recomendando, quizás compartiendo (¡o es muy protector con sus libros!)

Este libro es ideal como regalo por las fiestas.

Lo que yo hice fue tomar los principios y el sistema usado por las grandes bibliotecas de todo el mundo para ordenar los libros y lo traduje a una fórmula sencilla y fácil de entender. Es una fórmula secuencial e intuitiva.

¿Sabes qué les pasa con frecuencia a los coleccionistas que aman sus libros? Que se les PIERDEN. Es una tragedia silenciosa, porque además es un golpe al orgullo.

Cuando los libros no se les pierden, de un momento a otro se les hace difícil de encontrarlos. El oficio de un bibliotecario es volver a los libros muy fáciles de encontrar.

Con este libro, lector puede aprender muchas cosas. Por ejemplo:

— Cómo clasificar sus libros según el sistema de clasificación de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de forma intuitiva.

— Cómo crear varias colecciones distintas de libros, según su necesidad profesional o afición personal, cuando no desee juntar los libros en un solo sitio.

— Cómo aprovechar de mejor manera sus estanterías y cuál es la mejor manera de colocar los libros en cada estante según la forma de la estantería.

— La mejor forma de mantener limpia su biblioteca.

 Todo lo necesario para convertir la biblioteca en un organismo vivo e interactivo.

— Además, incluí en este libro varios puntos adicionales muy útiles.

Fernando Pinto Sojos, quien fuera director de una de las bibliotecas más grandes del Ecuador y América del Sur hasta su retiro, leyó este libro y comentó lo siguiente: 

«Esta fórmula mágica funciona muy bien. Es sencilla y fácil de aplicar. Se trata de una simplificación muy bien lograda del sistema con el que funcionan bien las grandes bibliotecas. El autor nos acerca con mucha habilidad al mundo cautivante de la bibliotecología.»


¿Por qué escribí este libro ahora?

Durante el encierro medio mundo se vio forzado a conectarse a las pantallas para trabajar y comunicarse. Varios reaccionamos alejándonos de ellas, apenas pudiéramos, hacia los libros.

Buscamos aquellos con los recuerdos más felices. Los coleccionistas de libros tenemos varios que apreciamos mucho. Algunas veces no los encontramos entre los demás.

Solemos tener muchos libros. A unos apreciamos. A otros cuidamos porque cayeron en nuestras manos.

Regálale este libro a tu amigo lector. Quizás crea que no lo quiere, pero lo necesita. En Internet abundan los consejos genéricos y ni uno vale lo que un libro que brinda un CONTEXTO COMPLETO.

La organización de bibliotecas puede convertirse en un asunto muy sencillo y agradable. 

La vida es corta. ¡Más vale que la ordenes!

Disponible en Amazon



domingo, 6 de diciembre de 2020

Biografía para uso de los pájaros, Jorge Carrera Andrade

Lindo Quito de mi vida, muy feliz día. Te extraño tanto, desde el valle donde crecí, por todas las cosas que ya no están. 

En su momento, Jorge Carrera Andrade, quiteño, escribió un poema como un retrato, voy a decir, un retrato de mi propia nostalgia. Lo pongo aquí:


BIOGRAFÍA PARA USO DE LOS PÁJAROS 

Nací en el siglo de la defunción de la rosa 
cuando el motor ya había ahuyentado a los ángeles. 
Quito veía andar la última diligencia 
y a su paso corrían en buen orden los árboles, 
las cercas y las casas de las nuevas parroquias, 
en el umbral del campo 
donde las lentas vacas rumiaban el silencio 
y el viento espoleaba sus ligeros caballos. 

Mi madre, revestida de poniente, 
guardó su juventud en una honda guitarra 
y sólo algunas tardes la mostraba a sus hijos 
envuelta entre la música, la luz y las palabras.
Yo amaba la hidrografía de la lluvia, 
las amarillas pulgas del manzano 
y los sapos que hacían sonar dos o tres veces 
su gordo cascabel de palo.

Sin cesar maniobraba la gran vela del aire. 
Era la cordillera un litoral del cielo. 
La tempestad venía, y al batir del tambor 
cargaban sus mojados regimientos; 
mas, luego el sol con sus patrullas de oro 
restauraba la paz agraria y transparente. 
Yo veía a los hombres abrazar la cebada, 
sumergirse en el cielo unos jinetes 
y bajar a la costa olorosa de mangos 
los vagones cargados de mugidores bueyes.

El valle estaba allá con sus haciendas 
donde prendía el alba su reguero de gallos 
y al oeste la tierra donde ondeaba la caña 
de azúcar su pacífico banderín, y el cacao 
guardaba en un estuche su fortuna secreta, 
y ceñían, la piña su coraza de olor, 
la banana desnuda su túnica de seda.

Todo ha pasado ya, en sucesivo oleaje, 
como las vanas cifras de la espuma. 
Los años van sin prisa enredando sus líquenes 
y el recuerdo es apenas un nenúfar 
que asoma entre dos aguas 
su rostro de ahogado. 
La guitarra es tan sólo ataúd de canciones 
y se lamenta herid en la cabeza el gallo. 
Han emigrado todos los ángeles terrestres, 
hasta el ángel moreno del cacao.